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miércoles, 6 de julio de 2016

Cineastas resaltan el cine universal del iraní Kiarostami

La muerte del cineasta iraní Abbas Kiarostami, acaecida el lunes pasado en París (Francia), ha despertado una ola internacional de lamentos, homenajes y evocaciones, que habla de la universalidad de su obra.

Así lo entiende el productor, distribuidor y programador de cine Paulo Roberto de Carvalho (Brasil), que está de paso por Cochabamba, adonde ha llegado como invitado del VI Taller Internacional de Guion del Bolivia Lab.

Autor de obras tan celebradas como “El sabor de las cerezas” (Palma de Oro en Cannes), “Close-Up” o “A través de los olivos”, Kiarostami falleció a los 76 años, en un hospital de la capital francesa, donde se hallaba recibiendo tratamiento médico. Su muerte ha sido lamentada por la comunidad artística internacional, pero también por la clase política de Irán y Francia.

De Calvalho afirma que la partida de Kiarostami lo toca particularmente, toda vez que siguió su obra muy de cerca desde el Festival de Locarno (Suiza), que fue uno de los descubridores occidentales del iraní. El brasileño es consultor cinematográfico para América Latina y España de ese festival, al que la figura y la obra de Kiarostami están muy unidas.

“Podemos hablar de Kiarostami aquí, en Berlín y en cualquier parte del mundo”, dice para ilustrar la universalidad de su obra, de la que valora su vuelo poético y “la división invisible” entre ficción y documental”.

CAMBIO DE SIGLO Luis Miguel González (España), otro de los invitados internacionales del taller de guión del Bolivia Lab 2016, asevera que Kiarostami es un cineasta imprescindible para entender el cambio del siglo XX al XXI en la cinematografía mundial. “El cine del siglo XXI es el cine que ha alumbrado Kiarostami”, resalta el español.

Guionista y realizador de cine y televisión, González afirma que el iraní legó al cine un estilo singular de trabajar guiones a partir de la simplicidad, lo cual le otorgaba a sus filmes un cariz eminentemente poético.

Otra de las marcas de su cine que rescata es su trabajo con niños (asociado inicialmente a proyectos educativos en Irán en los que estuvo involucrado), que definió buena parte de su filmografía.

Y como español, no deja escapar la oportunidad de recordar la relación que Kiarostami trabó con el cineasta vasco Víctor Erice, a quien cita para calificar al director iraní como “un místico”.

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