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martes, 19 de mayo de 2015

El filme más antiguo de Bolivia se exhibirá en junio

En marzo de 2012 se halló, en el excine Bolívar de la ciudad de La Paz, una copia de la cinta de cine más antigua en Bolivia: “El Bolillo Fatal”, un cortometraje documental que narra los acontecimientos del 5 de noviembre de 1927, día del fusilamiento de Alfredo Jáuregui, acusado de asesinar en 1917 al expresidente boliviano general José Manuel Pando (presidente de la república del 25 de octubre de 1899 al 14 de agosto de 1904). La pieza fue llevada a México para su restauración. Hoy luego de tres años de su hallazgo la cinta podrá ser vista por el público en un proyección en la Cinemateca Boliviana, la segunda quincena de junio.

La producción de 17 minutos dirigido por Luis Castillo, fotógrafo de EL DIARIO en aquel entonces fue restaurada y copiada en los laboratorios de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de manera gratuita según Mela Márquez, directora de la Cinemateca Boliviana, quien detalló que sólo se gastó en los materiales que fueron requeridos los cuales también tuvieron financiamiento de la cooperación española, además de otros entes inmiscuidos en el arte.

La copia del filme fue encontrada en 35mm, en soporte nitrato de celulosa, con un nivel medio de descomposición activa, el mal estado físico de la película no permitía su reproducción y corría el riesgo de descomponerse cada día más hasta su pérdida total. Hoy luego de casi un año de duro trabajo, de pasar una a una las imágenes a un soporte adecuado, las imágenes podrán ser vistas por el público pues se cuenta con cintas en nitrato de plata, copias para su proyección en las salas además de ser digitalizada.

"Por motivos de estrategias tenemos prevista la difusión de la película para el próximo mes, de momento apostamos a la primera quincena, pues se contará con invitados especiales que opinen sobre el tema", explica Marquez,

Para Marquez este filme sobre un hecho histórico muestra la mala justicia que existía desde esos tiempos pues el fusilamiento a un joven, a través de un sorteo es desde ya sanguinario, y más aún cuando años más tarde, en 1978 el doctor Ramón Salinas Mariaca, sobrino nieto del general Pando, afirmaría que su tío abuelo había fallecido por un ataque cerebral y no por los oscuros móviles del Kenko que llevaron a un inocente a la muerte.

SINOPSIS

Según una publicación de las responsables de la catalogación del proyecto “Imágenes de Bolivia”, la historia es así. “El ilustre general José Manuel Pando, exmandatario de la República de Bolivia, muere en junio de 1917. Su cadáver es hallado en la grieta de un cerro en el Kenko en El Alto de La Paz. Se sospecha de asesinato, de crimen político. Un sordomudo oficia de testigo y señala a unos sospechosos: los hermanos Juan y Alfredo Jáuregui, Simón Choque y Nelson Villegas. El proceso judicial dura diez años. Los acusados son declarados culpables y deben someterse a lo que dicta la ley: pena capital. Según la jurisprudencia vigente, cuando son dos los delincuentes condenados y sin llegar a diez, la pena debía sufrirla uno solo de ellos, elegido mediante sorteo. Cuatro bolillos se introdujeron en un ánfora: tres blancos y uno negro. Alfredo Jáuregui, el menor de los cuatro acusados, sacó el fatal”.

SOBRE EL DIRECTOR

Luis Castillo es considerado el pionero del cine boliviano. Comenzó sus tareas como fotógrafo del periódico decano nacional para luego realizar sus primeras filmaciones documentales que registraron los eventos de la sociedad política paceña entre 1912 y 1927. Alfonso Gumucio Dagron en su libro Historia del Cine en Bolivia cuenta: “Castillo dedicó toda su vida al cine. No solamente realizó las primeras filmaciones hacia 1912, sino que su relación con el cine se prolongó a Posnansky y Jorge Ruiz”.

En cuanto a El Bolillo fatal, Luis del Castillo registró los hechos, reveló y montó la película en su laboratorio de San Pedro y la estrenó un mes después en el Cine Princesa. Sería su película más importante, también la última. Poco después del estreno, la película fue censurada por la prensa y el poder judicial la hizo desaparecer. Castillo abandonó la realización cinematográfica y terminó sus días en la pobreza.

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