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miércoles, 2 de abril de 2014

Traslandando la historia de Diana al cine

OFRECIENDO UN RETRATO FIEL

Diana, el filme, dirigido por Oliver Hirschbiegel, se basa en un guión del dramaturgo alabado internacionalmente Stephen Jeffreys. La apasionante historia de amor refleja cómo encontrar la verdadera felicidad personal permitió a Diana evolucionar para convertirse en una gran defensora de causas humanitarias a nivel internacional y lograr así los éxitos que definieron principalmente su figura.

A la hora de documentarse para escribir el guión, Jeffreys leyó gran cantidad de libros y artículos sobre temas relacionados. De todos ellos, el más importante fue “Diana: Her Last Love (Diana: su último amor)”, de Kate Snell, que se convirtió en asesora del proyecto. El libro, del que Ecosse había adquirido los derechos, trata directamente de la relación de Diana con Khan, y estudia lo sucedido con una pericia digna de un forense.

Jeffreys también leyó la obra de Sarah Bradford “Diana”, “que ofrece con diferencia la mejor interpretación de la formación del carácter de Diana”, asegura. Conocer a Oonagh Shalney-Toffolo, parte importante del equipo de sanadores de Diana, fue también un gran privilegio para el autor, ya que le ofreció información muy valiosa sobre los aspectos espirituales del carácter de Diana.

LA ELECCIÓN DEL DIRECTOR

El siguiente paso significativo para los productores fue encontrar al director adecuado para la película. Su búsqueda los condujo hasta Oliver Hirschbiegel, el director candidato al Oscar por El hundimiento, cinta que todos habían visto varias veces. Los productores supieron apreciar la capacidad de Hirschbiegel de crear drama a partir de alguien mundialmente famoso.

Al prepararse para la película, Hirschbiegel se documentó ampliamente por su cuenta. Leyó los mismos libros, estudió sus vídeos una y otra vez y cubrió sus paredes de fotos de la princesa. “Hablé con mucha gente cercana a ella, pero las fotografías fueron lo más útil. Es su imagen, su actitud, sus ojos, la forma en que la miraba la gente... cuentan un millón de historias”. Hirschbiegel tuvo además acceso a muchas de las cartas personales que escribió Diana, que también se convirtieron en una valiosa fuente de información para él. “Escribía hasta seis cartas al día, que recogían los detalles de su situación: sus pensamientos y sus sentimientos. También se pasaba el día al teléfono y era muy directa, siempre expresaba sus emociones y cómo se sentía”.

LA HISTORIA DE LA PELÍCULA

El eje central del filme es la transición de Diana de mujer ligeramente deprimida y solitaria a alguien que consiguió sentirse realizada en su vida personal, lo que a su vez se trasladó a su vida profesional. Dentro de esa historia, se encuentra otra, la de amor entre Diana y Khan.

“Es un hermosa historia de amor”, comenta Hirschbiegel. “Es importante que la gente la conozca, porque su amor tiene algo muy real, sincero y verdadero. Al mismo tiempo, es como un cuento de hadas, el hombre corriente de otra cultura que se enamora de la mujer más famosa del mundo. Nos enseña mucho, como debería hacer toda buena historia”.

Al trasladar la historia de Diana a la gran pantalla, el director quería mostrar todas las facetas posibles de su personalidad. Observa que, como todos los iconos, Diana llevaba una existencia muy especial, pero esa clase de existencia puede provocar un gran aislamiento que, combinado con cierta sensación de paranoia, hacía su vida muy difícil.

NAOMI WATTS COMO DIANA

Para interpretar a Diana, el equipo de realización no se molestó en buscar más allá de la actriz de origen británico Naomi Watts, candidata al Oscar en dos ocasiones. “No sé quién más podría haber sido adecuada y haberlo hecho bien”, asegura el director. “Naomi es una actriz exquisita y extraordinariamente buena. Es un camaleón. Sabes que es ella y, al mismo tiempo, es sin lugar a dudas el personaje que interpreta, y en este caso estás viendo a Diana. Es un don excepcional”.

No fue nada fácil para Watts decidir si aceptaba interpretar un papel tan icónico. “Le di muchas vueltas a la idea durante un tiempo, porque es evidentemente la mujer más famosa de nuestros tiempos y eso conlleva una presión enorme. Todo el mundo considera que la conoce, así que me pregunté si podría llegar a hacer mío el personaje”, dice la actriz.

El equipo de realización no cejó en su empeño de convencerla, hasta que finalmente accedió a leer el guión. Al mismo tiempo, empezó a documentarse por su cuenta y no tardó en descubrir que había muchas cosas sobre Diana que no sabía. Eso le resultó interesante. “Quedé decididamente fascinada con la idea y me gustó que fuera una gran historia de amor. Me di cuenta de que había muchas cosas que no sabía sobre su vida, como era el caso de esta relación en torno a la cual giraba la película”, completó Watts.

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