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jueves, 23 de enero de 2014

Hacerse con la eternidad: El regreso de los ronin

Cuando el director Carl Rinsch leyó el tratamiento de la película Ronin 47. La leyenda del samurái, reconoce que le intrigó el amor atemporal, los complejos decorados y las criaturas fantásticas que aparecían delante de un telón de fondo totalmente histórico.

Los productores y el director no solo querían realizar una película capaz de entretener al público, también deseaban homenajear la historia de Japón. La leyenda de los 47 ronin es muy conocida en Japón; es más, los bancos y los colegios cierran una vez al año para honrar a esos hombres que entregaron su vida por el país. La historia pasa de generación en generación, y la tradición no sólo permite, sino que anima a que se cuente la historia mediante relatos creativos conocidos como chushingura. Estos deben mantener la historia básica, pero pueden embellecerla.

Hablando de esta antigua tradición, Carl Rinsch dice: “El chushingura vuelve a contar los acontecimientos históricos de los 47 ronin. Nuestro objetivo era mantener y respetar los rasgos y emociones fundamentales de la verdadera historia, pero contándola desde una perspectiva que la hiciera relevante para el público actual. Los espectadores de todo el planeta comparten el mismo idioma, la lengua de la fantasía, de la ciencia-ficción y de los superhéroes. Mi idea era hacer un chushingura con alcance internacional siguiendo las últimas tendencias de Hollywood”.

El productor Eric McLeod, al igual que el director Carl Rinsch, se sintió fascinado por un relato que ha sobrevivido durante generaciones y que honra la historia de un país. “No solo tuve ganas de producir Ronin 47. La leyenda del samurái porque me atrajera la vertiente histórica de la película, sino porque también disfruto con el aspecto fantástico y el universo donde se mueven los personajes”, dice.

Mientras se documentaba, el realizador estudió los dibujos y pinturas de maestros como Miyazaki, Hokusai y Hiroshige: “Viendo estos cuadros descubrí que había un mundo de fantasía al alcance de la mano. Pensé que si era capaz de expresarlo, conseguiría lo que deseaba hacer”.

A partir de entonces, Carl Rinsch y su equipo empezaron a documentarse en los aspectos fantásticos, como las criaturas que pueblan el folclore japonés. “Está el Yokai, el ogro Oni y los Tengu, que son unos guerreros pájaros”, explica el realizador. “Hay toda una colección de personajes fantásticos que nos permitía explorar otros caminos”.

Los productores y el cineasta, una vez acabado el guión y empezada la preproducción, no tardaron en ver que la clave residía en equilibrar la fantasía y los personajes. “Cuando la historia habla de emoción, de amor, de dolor y de tristeza, deben ser momentos tranquilos”, explica la productora Pamela Abdy. “Pero si hace falta, también debe haber momentos grandiosos, atrevidos. Hemos intentado equilibrar la acción y el espectáculo con personajes que encajan muy bien entre ellos, que tienen una relación”.

¿QUIÉN SERÁ KAI? KEANU REEVES EN LA PRODUCCIÓN

Uno de los primeros retos que debieron superar los productores para rodar Ronin 47. La leyenda del samurái fue encontrar a un actor con la presencia, la preparación física y la energía necesarias para encarnar a Kai, un personaje que pertenece a dos mundos. Keanu Reeves, conocido en todo el mundo por su trabajo en épicos éxitos de la talla de la trilogía Matrix, donde supo centrar humanamente un complejo mundo imaginario, era el intérprete idóneo y no tardó en convertirse en uno de los pilares de la producción.

“Me atrajo el mundo en que transcurría la historia”, dice el actor. “Aunque soy occidental, pero no me costó identificarme con los personajes. La película toca temas universales, como el honor, la venganza y el amor”.

Cuando se reunió con el director, le sorprendió la visión que tenía del proyecto y la facilidad con que manejaba el lenguaje visual para plasmarla en la gran pantalla.

Carl Rinsch solo tiene buenas palabras para el protagonista: “Keanu es mucho más que un actor, es un colaborador a cualquier nivel. Era posible hacerle preguntas y obtener respuestas inteligentes, aunque no tuvieran nada que ver con su personaje”.

Para esta nueva versión de la leyenda de los 47 ronin, y de acuerdo con la tradición chushingura, el personaje de Kai es nuevo. Este huérfano mestizo que no se fía de nadie simboliza al eterno extraño, el hombre que lucha por encajar en una cultura con un profundo sentido nacionalista. Según Keanu Reeves, la historia de Kai es la de mucha gente: “En su recorrido, Kai se esfuerza en ser aceptado, como muchas personas a las que conozco. Es fácil identificarse con alguien que quiere integrarse sin perder su individualismo”.

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