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domingo, 17 de marzo de 2013

The flowers of war

Apesar de que en algunas ocasiones no haya estado a la altura de lo que se esperaba de él, Zhang Yimou siempre ha sido un cineasta con cosas interesantes que decir.

Acaparador de premios en todo tipo de festivales internacionales, parece que el trofeo que se le escapa es el Oscar, por el que ha competido en tres ocasiones por filmes como Ju Dou, The Red Lantern (La linterna roja) y Hero (Héroe), no obteniéndolo en ninguna de esas ocasiones.

Quizás él pensaba que tendría posibilidades por su adaptación de la novela de Yan Geling, en la que ha sido considerada como la producción más cara de la historia del cine chino, pero en la crítica de The flowers of war (Jin líng shí san chai, en chino), trataré de poner en evidencia los motivos por los que ni siquiera consiguió ser nominado.

Las comparaciones pueden resultar odiosas, pero es que resulta inevitable aludir a la fabulosa película con la que Lu Chuan se llevaba la Concha de Oro en el festival de San Sebastián, Nanjing! Nanjing! (Ciudad de vida y muerte). No sólo es que ambos filmes se desarrollen en el mismo lugar y período, sino que comparten bastantes similitudes.

Cuando la precedente huía de la mínima concesión hacia la sensiblería y condescendencia, la que nos ocupa parece erigirse como el ejemplo de que el telecine, que asola gran parte de la cinematografía estadounidense, también parece haberse apoderado de la mirada de Zhang Yimou. Porque al lado de la obra de Lu Chuan, Las flores de la guerra parece una broma de mal gusto.

¿Un empleado de pompas fúnebres que pretende ser cura, prostitutas que se hacen pasar por estudiantes, y estudiantes que irremediablemente acabarán siendo...? ¿Es ésta la idea de Zhang Yimou de conseguir una nominación al Oscar? Me da la impresión de que si hubiera hecho esta misma película en el seno de la industria de Hollywood habría tenido muchas más posibilidades, pero viniendo de fuera, como que no.

Como si de un episodio de Hill Street Blues se tratara, en el que siempre se escuchaba un teléfono para dar la sensación de movimiento y ajetreo, Las flores de la guerra pretende asociar la credibilidad de su ambientación bélica en interminables tiroteos que se escuchan incesantemente fuera de plano. Si a esto añadimos absurdos e incomprensibles episodios, como la escapada para recuperar las cuerdas y los pendientes, terminaremos por restar crédito a un relato que, no dudando que sucediera tal y como se muestra, impresiona infinitamente menos que si no hubiera visto la fabulosa película de Lu Chuan.

Además, estoy convencido de que dispondrás de una mayor ventaja si no has tenido la suerte de ver Ciudad de vida y muerte. En este caso, lo más probable es que Las flores de la guerra te parezca una película dura y entrañable a partes iguales, con momentos visuales de gran intensidad dramática y con entregadas interpretaciones de sus protagonistas, siendo quizás la de Christian Bale la menos destacable.

También es cierto que el personaje cae muy mal desde el primer momento, pero es que la historia y su actitud resultan mucho menos creíbles que las de los demás. A pesar de todo, la película seguirá adoleciendo de una sensiblería bastante poco habitual en la cinematografía del cineasta chino y no llega a alcanzar la fuerza de otras películas de Zhang Yimou que, teniendo un argumento menos escabroso, consigue muchos mejores resultados, tanto visual como emocionalmente.

Mi sensación es que sin la presencia de Christian Bale y el sensacionalismo del argumento de la película, The flowers of war no habría conseguido la misma atención mediática desde que se comenzó a gestar el proyecto (Extracine).

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