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jueves, 23 de agosto de 2012

La película de Dax Sheppard evoca la célebre Bonnie & Clyde

Existen pocas películas que tengan un poco de todo y para todos los públicos, desde acción a raudales hasta historia romántica de por medio y un tono de comedia para los que quieran pasar un rato divertido en el cine. Hit and Run, que se estrenará en breve, es una de esas cintas.

Así, a simple vista, podría evocar a Bonnie & Clyde, uno de los grandes clásicos del cine de acción y forajidos, aquella historia de una pareja de ladrones de bancos y criminales interpretada por Faye Dunaway y Warren Beatty que se hizo única en su estilo de la mano de Arthur Penn en 1967.

Pero Hit and Run, escrita y dirigida por Dax Shepard, es un poco más que una constante persecución. Sí hay una trama romántica sosteniendo el argumento y un robo de banco, aunque después se complica todo un poco más con drogas, tiroteos y situaciones enrevesadas.

Sobre el papel, la gran atracción de esta producción independiente es Bradley Cooper, que interpreta el papel de un traficante de droga que pasa por la cárcel y que tiene una relación complicada con el personaje de Shepard, amigo y compañero de robo de bancos. Por cierto que Cooper tiene una escena en la que explica cómo y quién abusó de él en la prisión, una situación cómica que marca el tono del resto del filme.

Además de la gran estrella en que ya se ha convertido Cooper, la cinta cuenta también con el aliciente de Kristen Bell, que tiene mucho peso con su papel de Annie y que además en la vida real es la novia del director, también actor en la película. En breve pasarán por el altar, a pesar de estar el estreno de la película de por medio.

El guión de Hit and Run guarda ciertas similitudes con su historia real. El personaje de Annie descubre que su pareja sentimental es un joven que está bajo el programa de protección de testigos por haber robado un banco y Bell se enteró de que Shepard había tenido un serio problema de adicción a las drogas.

“No se pueden encontrar dos personas más opuestas”, dijo Bell en una entrevista reciente. “Él solía ser un adicto a las drogas, y yo no he probado jamás la cocaína. Cuando me enteré de que mi príncipe encantado era de las personas que desaparecen por cinco días, no me lo podía creer”.

Sin embargo, en la pantalla se entienden a las mil maravillas y se establece la química de forma instantánea entre el ladrón de bancos y la profesora de universidad, instalados ambos en una localidad rural del sur de California.

“Esto se podría haber torcido muy deprisa -afirma Shepard-. Cuando diriges a tu novia, hay una posibilidad muy amplia de que algo estalle y que se hubiera acabado la relación, pero por los motivos que sean nos gustó y han sido, probablemente, las mejores seis semanas de los cinco años que llevamos juntos”.

En cuanto a ella, la experiencia no pudo ser mejor, más enamorada que nunca de su prometido al verlo al otro lado de la cámara. “Verlo dirigir me emocionó tanto que me ayudó a estar más enfocada en las escenas”, contó.

Gran parte de Hit and Run tiene ese carácter irreverente, provocador y desenfadado de la pareja, una película de persecución y aventura en carretera que promete entretener entre tanta secuela y franquicia supermillonaria.

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