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lunes, 4 de junio de 2012

JANE FONDA

Después de su más que decepcionante regreso a la pantalla grande en 2005 con "Monster-in-Law", donde hacía de comparsa de Jennifer López, Jane Fonda vuelve como la gran actriz que siempre fue en la producción francesa "Et si on vivait tous ensemble", en la que reivindica una vejez digna.

Activista política, pionera del aerobic, empresaria millonaria, mito sexual y actriz de amplios registros dramáticos, Jane Fonda había tenido más de siete vidas en 1986, cuando tras una gran interpretación en "The Morning After", de Sidney Lumet, sugirió que su carrera en el cine se había acabado. Con ese filme recibía su séptima nominación al Óscar en dieciocho años, estatuilla que había conseguido en dos ocasiones (con "The Return" y "Klute"), y con aquella decisión dejaba huérfano al celuloide de uno de sus rostros más vibrantes y expresivos.

Todavía estrenaría dos películas más -"Old Gringo" y "Stanley & Iris"-, pero su boda en 1991 con el magnate audiovisual Ted Turner redondeó ese retiro dorado que le permitió dedicarse a causas humanitarias y pasearse solo de vez en cuando por la alfombra roja de los Óscar. Para la legión de fans que siguió echándola de menos dieciséis años después, su elección para esa vuelta fue más que discutible, pues ejerció de suegra malévola y caricaturesca en una comedia intrascendente al servicio de Jennifer López titulada "Monster-in-Law". Pero ahora, a sus 74 años, con una madurez envidiable, Jane Fonda parece que por fin ha recuperado la forma y el fondo.




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