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domingo, 3 de junio de 2012

Actores y actrices Dietas para tener fama

Más de un actor se sometió a cambios alimenticios, horas de encierro en centros de rehabilitación y posturas inadecuadas para interpretar un papel. El personaje le mereció el Oscar.

Subir de peso o adelgazar son las condiciones a las que se enfrentan actores y actrices para interpretar un papel, pero estas situaciones los llevaron no sólo a transformaciones físicas sino mentales.
El portal entretenimiento.terra.com destaca a nueve actores que cambiaron su fisiología para interpretar al personaje.
Lista. Entre ellos están la actriz Keira Knighley, quien terminó agotada física y mentalmente luego de su papel de Sabina Spielrein en Un método peligroso, que gira en torno a la relación de Carl Jung y Sigmund Freud, los padres de la psicología moderna. Knighley hace el papel de la amante de Jung que se interpone entre estos científicos y que le costó varias horas de trabajo mental dentro y fuera del set.
Charlize interpretó a una asesina en serie Aileen Wuornos en el filme Monster, para el que engordó 14 kilos. Además empeoró su aspecto físico poniéndose implantes en la boca que imitaban a la perfección la dañada dentadura de Aileen, el papel le hizo ganadora de un Oscar. Otra transformación impactante fue el de Christian Bale, para su papel en el El Maquinista, para el que adelgazó 30 kilos y sólo comía una manzana y atún. Al final de 54 kilos bajó a 45. Uno de los casos más extremos fue de Daniel Day Lewis en Mi pie izquierdo, que narra la historia real de Christy Brown, un artista y escritor irlandés que, nacido con parálisis cerebral, sólo podía mover su pie izquierdo, la interprtación le mereció el Oscar como Mejor Actor. Para el papel, Lewis estuvo ocho semanas en una clínica para enfermos de parálisis cerebral. El actor pasaba días sobre una silla de ruedas, en la que lo lavaban y le daban de comer. Daniel se negó a abandonar la silla y corregir su postura, lo que le costó graves lesiones.
La genialidad de Old Boy tiene mucho que ver por la crudeza de sus imágenes. Y es que esta imprescindible película coreana es recordada por una escena en la que el protagonista, Min-sik Choi, se come un pulpo vivo, pero eso no hubiera sido budista. A pesar de eso, él aceptó pero tuvo que repetir la toma varias veces.
El actor Robert de Niro, en Toro Salvaje, engordó más de 30 kilos para hacer creíble el declive físico y moral del mítico Jake La Motta.
Roman Polanski dirigió El pianista, la dura película, basada en sus recuerdos del Holocausto. Para el papel protagónico, Adrien Brody adelgazó 13 kilos, aprendió a tocar el piano, se deshizo de su auto y su apartamento aislándose durante meses. Tan extremo fue el proceso que su novia no pudo soportarlo y lo dejó, pero a cambio Brody recibió el Oscar al Mejor Actor con sólo 29 años.
Bernardo Bertolucci dirigió El último tango en París, la polémica cinta sobre el sexo y el desamor entre un viudo americano y una joven parisina a punto de casarse. El filme es célebre por cierta escena que implica el uso de mantequilla como lubricante sexual, una secuencia impactante y recordada que la actriz protagonista, Maria Schneider, rodó sin dificultades pero de la que, años despues, se arrepentiría para siempre.

13 kilos bajo el actor para interpretar el papel, en la historia del holocausto.

9 Es el número de históricos actores que cambiaron fu fisionomía para el papel protagónico.


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