Daniel Radcliffe, más conocido como Harry Potter, protagoniza La Dama de Negro, una película de terror gótico, aislamiento y soledad.
SINOPSIS
Arthur Kipps (Daniel Radcliffe) perdió a su esposa durante el parto de su hijo. Tiempo después, Kipps aún no ha recuperado el brillo en la mirada. Pero los negocios no entienden de pérdidas. De viaje a un olvidado poblado del interior de Inglaterra para arreglar los papeles de una vieja mansión, varios niños morirán con su llegada, sin explicación alguna. Dice la leyenda que la vieja casona tiene que ver con los sucesos, la vieja mansión en la que, por cuestiones de mareas, Kipps deberá permanecer algunas noches encerrado tras los muros.
UN MUNDO OLVIDADO
Parte del rescate de la productora Hammer y dirigida por la inquieta mirada de James Watkins, La Dama de Negro, basada en la novela de Susan Hill, regresa a los cines el terror gótico en estado puro. Neblina, muñecas de porcelana, grabados y aparecidos son capturados de modo escalofriante por la inquieta fotografía de Tim Maurice-Jones.
Aun así, el cine de horror convoca a menudo a todos estos elementos ¿Qué hace diferente a La Dama de Negro? Por un lado, el aislamiento, esas gélidas marismas que rodean al islote, donde el mar a veces avanza, a veces retrocede; ese fondo marino expuesto, entre barro y pantanos, que sirve de metáfora: algo permanece oculto pero ahí está... y cada tanto queda al descubierto.
Y por otro lado, resalta en la película esa convivencia cronológica entre la persona y pueblerino supersticioso, una etapa confusa de la historia, la victoriana, que ayuda a situar temporalmente a la narración.
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