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miércoles, 22 de febrero de 2012

La Escalera, un capítulo abierto en la historia del cine boliviano

Entre la pasión por el séptimo arte y los devenires sociales y políticos del país, la trayectoria de La Escalera, el primer grupo de cine amateur de Bolivia, es un capítulo abierto y de desenlace pendiente.

Y es que en su corta pero laureada etapa activa, el colectivo marcó época y dejó huella no sólo por sus filmes caracterizados por la “responsabilidad social”, sino además por la formación de algunos de las más talentosos y destacados técnicos de la cinematografía boliviana.

Bajo el impulso de Guillermo Aguirre, Hugo Pozo, José Bozo, Daniel Quintana, Freddy Delgado, Gaspar Vera, José Leopoldo Sanjinés, Guido Álvarez, David Vargas, Guillermo Barrios y Valentín Jiménez, entre otros, el grupo se formó en 1975 y, hasta los años 80, produjo tres cintas premiadas por los concursos de cortometrajes más importantes de la época.

Lanzó además varios videos, presentó tres obras de teatro con gran acogida popular, y sirvió de escuela de formación de muchos profesionales que trabajaron en la mayoría de las producciones audiovisuales que se hicieron en el país durante más de dos décadas.

El director Paolo Agazzi ratifica la trascendencia de La Escalera en dos aspectos muy importantes para el cine nacional, “primero, como grupo responsable de filmes independientes de temática social, y después con la participación de uno o varios de sus integrantes en la producción de innumerables proyectos”.

A 36 años de su formación, y más allá de pausas, nuevas etapas y recambios, el grupo sigue trabajando por el cine nacional con un nuevo proyecto: colgar toda su filmografía en internet, lo que, en palabras de Aguirre, “nos permitirá compartir la memoria de una época en un país amnésico”.

Un emprendimiento pionero

En 1975, los actores de teatro popular Hugo Pozo y Guillermo Aguirre fueron convocados por José Bozo para el casting de Chuquiago -memorable cinta de Antonio Eguino- en la que interpretaron breves pero importantes papeles.

Esta fue también la primera experiencia de Aguirre en el campo de la producción audiovisual, pues debutó como asistente de dirección; pero más allá de ello, destaca que en esta etapa empezó a relacionarse con importantes personalidades del ámbito como Óscar Soria, Luis Espinal, y los propios Agazzi y Eguino, con quienes más allá del vínculo profesional, logró lazos de amistad y respeto.

El rotundo éxito de Chuquiago impulsó al equipo técnico a aventurarse por su cuenta en la realización, un arduo trabajo que vio sus frutos cuatro años después con la presentación, en 1979, de Hasta cuando, el primer filme del grupo ya para entonces conocido como La Escalera.

La cinta, el relato de una vida consumida por el alcohol, ganó el galardón Llama de Plata y fue el primero de una serie de cortos dedicados a reflejar la realidad social.

Aguirre recuerda: “Llevaba años escribiendo guiones y compartiéndolos con mi maestro Óscar Soria. Cuando les conté la historia de Hasta cuando a él y a Espinal, se entusiasmaron mucho y dijeron que la película debía hacerse. Finalmente el sueño pudo realizarse gracias a Antonio Eguino, que nos prestó su cámara, y a don Alfonso Seligman, que nos prestó una máquina proyectora”.

“Eran unos jóvenes muy talentosos, con ideas interesantes -rememora Eguino- así que les brindamos la ayuda oportuna cuando quisieron expresarse”.

De a poco se fueron concretando otros cortos como Dale Martín y Por qué, ganadores del Festival Cóndor de Plata en 1980 y 1981, respectivamente. “Me animaría a decir que son las primeras películas íntegramente bolivianas porque se filmaron, se editaron y se revelaron en el país”, afirma otro integrante de La Escalera, el ingeniero Gaspar Vera.

“Fue una época muy interesante porque ahí se dio la transición del cine al video”, recuerda Agazzi, que colaboró con la edición “casi manual” de Dale Martín. “Hay que destacar que el grupo trabajó en condiciones muy difíciles e hizo un muy buen trabajo independiente sobre la temática social”, agrega.

En 1983, La Escalera produjo La red -un pantallazo sobre el narcotráfico en el país-, y que fue la primera ficción filmada en Bolivia en el formato video a color, y que significó el punto de inflexión, el cierre de una etapa.

En 1998 Aguirre viajó a Chulumani y un singular personaje que se le cruzó en la plaza llamó su atención. “Era un vendedor ambulante de chicha que, a la vez que cargaba su producto, lo promociona con un altavoz sujeto a su cuerpo con una especie de arnés”.

Inspirado, antes del amanecer del día siguiente había terminado una primera versión del guión de El día que murió el silencio. Se la ofreció a Agazzi, y éste se la compró casi de inmediato.

En 2010, el sonidista Gaspar Vera se contactó con Aguirre e impulsó la recuperación de los filmes realizados por La Escalera 30 años antes. “Lo último que nos importa es el dinero”, coinciden, y por eso idearon difundir su arte gratuitamente desde el portal YouTube.

“Fuimos unos idealistas imbéciles”, dice Aguirre, con una sonrisa en el rostro, pero visiblemente orgulloso al recordar a su entrañable “Escalera” que, “sin tener un solo foco”, produjo tres filmes y reunió a toda una generación de técnicos fundamentales para el cine nacional.

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