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lunes, 24 de octubre de 2011

VII muestra de cine latinoamericano

Se inaugura en seis ciudades de nuestro país la octava versión de una muestra de cine cada vez más influyente.

La Muestra de Cine Latinoamericano es ya una institución dentro de la cultura urbana del país: en esta su octava versión, la nueva cita con el cine se presenta como un viaje intenso de norte a sur. Este año seis ciudades reciben la programación que integran los largometrajes de diez países participantes, naciones que forman parte del Grupo Latinoamericano de Cultura (GRULAC) en Bolivia.
Decimos que este un viaje porque el cine tiene mucho de esto, una nueva aventura que nos aproxima más en un mundo que está hecho de distancias físicas reales —calculables en kilómetros— pero también de distancias mucho más complejas, aquellas que son resultado de políticas de división que nos separan mucho más de lo que imaginamos, cuando en verdad parece que humanamente estamos más cerca de lo que creíamos. Los latinoamericanos compartimos realidades, nos entendemos en una misma lengua, tenemos las mismas necesidades y anhelos.
EL NORTE Y EL CENTRO
En vuelo bajo comenzamos con México. El estudiante (2009) es la ópera prima de Roberto Girault y fue filmada en su integridad en Guanajuato. Para quienes gustan de un cine mexicano clásico, el nombre de esta ciudad está íntimamente ligado a una película de culto: El Santo contra las momias de Guanajuato (1970). Pero ese es otro tema.
Vamos cruzando Centro América, que se presenta como una de las grandes ausencias, y es que en esta oportunidad ningún país dice presente, a pesar de que hace poco se estrenara comercialmente la panameña Chance (2010) y de que en la anterior versión de la Muestra también Panamá participara de este encuentro.
Desde aquí se pone buena la cosa. Colombia llega con un falso documental extraordinario, dirigido por el gran Luis Ospina. Un tigre de papel (2007) cuenta la historia de un personaje fabuloso, el mismísimo Pedro Manrique Figueroa, creador del collage y el gulash en su país. En una entrevista realizada por Sergio Zapata a Ospina y publicada por la Revista on-line Cinemas Cine, el director sostiene: “Había una relación un poco perversa para hacer Un tigre de papel, porque en los años sesenta había muchos grupos políticos que se creían poseedores de la verdad, entonces yo creí perversamente que para hablar de esos años debería hablar a través de la mentira para poder llegar a la verdad. Que es lo que hace el cine”. Contar con Ospina en la Muestra es ya un gran gusto.
Vamos para Venezuela. Actualmente, este país está en un gran momento de su cinematografía, el impulso que le va dando el Estado a la producción y la creación de entidades como la Villa del Cine son pasos firmes hacia el desarrollo y consagración de una industria que puede dar grandes resultados. La clase (2007) es una historia que se ambienta durante la revuelta popular de lo que se llamó el Caracazo: aquí se entrelazan varios conflictos que permiten al espectador seguir de cerca y sentirse parte de un momento histórico de Venezuela.
EL SUR
Ecuador llega con Los canallas (2009), una historia sobre adolescentes y jóvenes en una sociedad que puede ser similar a cualquier espacio urbano del continente, donde los conflictos existenciales van dando forma a la identidad de una generación. Esta película guarda cierta relación con la propuesta chilena Navidad (2009), presentada en el Festival de Cannes y merecedora de muy buena acogida por parte de la crítica especializada. En este caso estamos ante un grupo de amigos que en Santiago y su soledad están a punto de pasar la Noche Buena. Protagonizada por Manuela Martelli, a quien recordamos por su papel en la película de Andrés Wood Machuca (2004), este es un filme que mira a la juventud de un Chile que se piensa de otra manera en este siglo XXI, lejos de su tradición y muy cerca de nuevas propuestas.
La vigilia (2010) es una película del peruano Augusto Tamayo, a quien recordamos por Una sombra al frente (2007) o El bien esquivo (2001). En esta oportunidad el director opta por ver introspectivamente Lima como un espacio de violencia y encuentro, una ciudad que está habitada por sueños y desesperanzas. Con personajes bien construidos y psicologías complejas, La vigilia se presenta como una gran elección en esta muestra.
Para finalizar el viaje, con redoble de tambores, se presenta El estudiante (2011), de Argentina. Una excelente película que aborda de una manera estupenda la realidad de un joven que se traslada hasta Buenos Aires para seguir estudios universitarios. Allí, él se ve seducido por otra de las grandes constantes de las universidades latinoamericanas: la política. Perfecta en su construcción narrativa, El estudiante envuelve al espectador y lo seduce con su ritmo. Ganadora del premio a mejor película en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente 2011, este filme cierra con broche de oro una programación de cine latinoamericano de lujo.
Crítico de Cinemas Cine

2010 La vigilia, del peruano Augusto Tamayo, se estrenó en el vecino país el año pasado.

2007 es el año de estreno de Un tigre de papel, del conocido director Luis Ospina.

6 ciudades serán las anfitrionas de esta muestra del cine actual de nuestro continente.

Esta muestra se presenta como un viaje porque tiene mucho de eso, una nueva aventura que nos aproxima en un mundo que está hecho de distancias físicas reales, pero también de distancias mucho más complejas, aquellas que son resultado de políticas de división que nos separan mucho más de lo que imaginamos, cuando en verdad parece que humanamente estamos más cerca de lo
que creíamos.

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