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lunes, 31 de octubre de 2011

Hugh Jackman | Actor, protagonista de Gigantes de acero: «Me gusta ganar, pero intentarlo es lo importante»

La historia de Gigantes de acero es protagonizada por Hugh Jackman, que encarna a Charlie Kenton, un boxeador fracasado que pierde la posibilidad de ganar un título cuando poderosos robots de 90 kilos y más de dos metros de altura comienzan a competir.
Convertido en un promotor de poca monta, Charlie sobrevive ensamblando robots de bajo costo, a los que apunta en peleas del circuito amateur. Finalmente, cuando esta situación toca fondo, Charlie se asocia con su casi desconocido hijo Max (Dakota Goyo) para construir y entrenar a un auténtico robot campeón.
A medida que suben las apuestas en la brutal tarima en la que todo vale, Charlie y Max, contra todo pronóstico, tendrán una última oportunidad de triunfar. Jackman responde sobre ello.

- ¿Buscabas de manera consciente participar de una película como esta?
- No, en absoluto. Me llegó el guión, lo leí y me encantó. Luego, cuando Shawn Levy (director) entró en escena, el proyecto se volvió más interesante. Sabía que era una gran película, y que la acción no dependía de mí. Al contrario. Me vencen en una escena, pero además de eso, no hay demasiada acción para mí.
- Es la primera vez que trabajas con el director Shawn Levy. Descríbelo con una palabra.
- Fenomenal. Se ha convertido en un gran amigo, algo que no es demasiado habitual en este medio. Probablemente pueda contar con una sola mano la cantidad de amigos reales que tengo. Él es omnipresente. Está al tanto de todo lo que sucede. Piensa en todos y logra extraer lo mejor de cada uno de nosotros. Es muy generoso y trabajador.
- Tienes cierta experiencia en boxeo, ¿Cómo fue entrar en el ring con Sugar Ray Leonard?
- Fue muy interesante. El primer día que trabajamos juntos se filmaron escenas detrás de cámaras. Él es un campeón mundial, entonces me estaba entrenando y simulaba pegarme en el estómago, lo que, confieso, dolía un poco. Como la cámara estaba allí, él tenía ganas de divertirse. Es un tipo increíble. Nos llevamos muy bien. Me agrada.
- ¿Tu experiencia con él te dejó alguna enseñanza?
- Me habló mucho, y eso me sorprendió, sobre el entrenador. Mi personaje es un entrenador. No es boxeador. Yo soy el dueño de los robots y los presento en peleas y los promociono, entonces. Sugar Ray trabajó muy duro. Lo que hace falta comprender es que la fuerza depende de uno mismo. Sugar Ray me contó que no hay nada peor que un entrenador que no sabe hablarle al boxeador. La conexión entre el boxeador y el entrenador no se debe interrumpir en ningún momento. Y eso era algo en lo que no me había fijado. Aprendí que alcanzar la excelencia que se requiere para convertirse en campeón del mundo, es difícil. Muchas cosas se sacrifican en el camino.
- ¿Cómo consolidaste el personaje, Charlie Kenton?
- El primer paso consistió en familiarizarse con la idea de que alguien se considera a sí mismo un fracaso, que tiene una autoestima muy baja. Y luego, comprender qué factores llevan a que uno actúe así, qué hace que una persona intente caer mal deliberadamente. Él no quiere acercarse a nadie. Ese fue el costado emocional en el que más trabajé al principio. Pero también estaba el aspecto físico. Le aconsejé a Shawn que teníamos que conseguir fotos mías en shorts de boxeo. Luego engordé nueve kilos porque quería que se notara que Charlie ya no se dedicaba al deporte. Cuando me reuní con Shawn, creyó que había exagerado, ¡parece que te estuviste divirtiendo!, me dijo, entonces tuve que adelgazar.
- ¿Qué aspectos de la personalidad de tu personaje, Charlie, te interpelaron como actor?
- Me encanta la idea de interpretar a alguien que cree que el mundo es injusto; que se siente decepcionado en tantos aspectos y que tiene una opinión sobre sí mismo realmente mala. Siente que ha fracasado en todo y ahora intenta sobrevivir con un trabajo que detesta. Se siente humillado y desilusionado. Y por ese motivo se ha convertido en una persona muy dura con todos los que lo rodean. Interpretar su desesperación fue muy fuerte. Se trata de una persona que está desesperada por salir, pero que se siente atrapada desde todos lados. Para ser honesto, lo más poderoso de su personalidad sale a relucir cuando se le presenta la posibilidad de redimirse.
- Charlie fracasa, pero obtiene una segunda oportunidad, ¿cuál es tu postura respecto de las segundas oportunidades?
- Mi postura frente al fracaso es muy distinta a la de Charlie. No tengo la constante necesidad de triunfar para satisfacer a la gente que me rodea y a mí mismo. Entonces, tiene que ver con eso. Puedo comprender que la sensación de afrontar una segunda oportunidad es mucho más aterradora que la primera. Aunque sepa cuáles son los riesgos, acepto todas las propuestas, porque detesto sentirme prisionero del miedo.
- ¿Crees que en la vida se debe apostar a lo seguro?
- No, en mi trabajo intento arriesgarme. Una vez hice un espectáculo unipersonal que fue levemente aterrador, porque estaba yo solo, cantando y bailando, y era mi espectáculo. Pero se siente bien. Ahora me siento mucho más cómodo con esa sensación. La primera vez que sentí un terror real y absoluto fue cuando canté el himno nacional en un partido de rugby, Australia contra Nueva Zelanda, en una cancha con cientos de miles de personas. Cuanto más se familiariza uno con las cosas, menos miedo siente.
- ¿Esta película modifica los parámetros del género de filmes de deportes?
- Absolutamente: es una maravillosa película dramática sobre deportes. Profundiza en los personajes. Ese fue uno de los principales objetivos de Shawn.
- ¿Consideras que tu entrenamiento en comedias musicales fue un elemento importante para las coreografías del box?
- Sí. La escena en la que boxeo desde abajo del ring está hecha en sincronización con una persona sobre zancos. Tuvimos que coreografiar esa parte, de modo que el movimiento de ambos fuera exacto. Y eso se hacía en una sola toma. Nos llevó bastante trabajo. Entonces sí, el entrenamiento coreográfico del teatro me ayudó mucho.
- Dakota Goyo también debe realizar algunos pasos de baile en el filme, ¿cierto?
- Así es. Estaba muy nervioso con la idea de bailar frente a 5000 extras. Me sentí muy orgulloso de él. Es toda una hazaña para un niño de once años.
- Qué es más importante en tu vida ¿ganar o ser respetado?
- Soy una persona competitiva, así que me gusta ganar. Pero creo que lo más importante es intentarlo. Hay una expresión muy común en Australia que refleja la importancia de la intención. El imaginario colectivo de Australia maneja la idea de que el único arrepentimiento real que una persona puede sufrir es el resultado de las cosas que uno no hizo.
Entonces, es cuestión de animarse. Lo que más admiro es el espíritu activo. Puede funcionar o no, pero la intención es lo que vale. Prefiero ser respetado por la valentía; ganar o perder son contingentes.

Perfil

Una estrella imparable en el cine
Hugh Jackman (Charlie Kenton) es australiano.
Su primera aparición en una superproducción norteamericana fue como Guepardo en el primer film de la franquicia X-Men, rol que volvió a interpretar en las exitosas secuelas X2 and X-Men: La batalla final, de 2006. Recientemente, interpretó el papel de Guepardo en X-Men Orígenes: Wolverine, la precuela de la popular serie.
Su carrera artística comenzó en Australia, con filmes independientes que le valieron premios. Desde entonces no para.

Fanático del deporte y admirador del boxeo
La idea de un boxeo futurista no modificó en Hugh Jackson sus ideas acerca del deporte. “Soy fanático del deporte. No se me pueden decir malas palabras sobre él. Sé que hay negocios involucrados y que se puede volver muy cínico, y por supuesto, me doy cuenta de eso, pero para mí es puro. Sobre el boxeo que tiene una mezcla de atletismo, dedicación y sangre, Jackman también se considera un fanático. “Entrené en Nueva York, lo que fue muy importante para la preparación de mi personaje, porque quería que luciera verosímil, deseaba tirar un golpe al aire y que resultara verdadero. Mi entrenador me dijo que me iba a entrenar como si me estuviese preparando para la pelea por el título. Me encantó.
Mi padre era un campeón de boxeo en el ejército. Adoraba boxear y hablaba de eso como de un deporte maravilloso. Pero, cuando boxeábamos con mi hermano, intentaba separarnos”

Adicionales

- Dirigida por Shawn Levy (también director de los filmes Una noche en el museo, Una noche fuera de serie), Gigantes de acero está ambientada en un futuro cercano, donde los robots se han apoderado del ring desplazando a los humanos.

- Hugh Jackman (X-Men orígenes – Wolverine, El gran truco) protagoniza Gigantes de acero donde interpreta a Charlie Kenton, un arriesgado ex boxeador en apuros económicos, quien ahora se gana la vida en competencias de robots de poca monta, operando los pugilistas de metal que volvieron obsoleta su profesión.

- Cada robot posee una personalidad bien definida y mide entre 2 y 2, 50 metros de alto. Basado en el cuerpo humano, cada robot posee dos piernas, dos brazos, un torso y una cabeza (excepto el robot de dos cabezas por lo que es acertadamente llamado Twin Cities.

- Además de sus personalidades distintivas, cada robot posee un sonido que refleja su personalidad. Cada puñetazo va acompañado de un sonido específico conforme al material de su esqueleto, sus mecanismos, su contextura y masa corporal; y además hay un sonido asociado al aura de cada robot, de manera que al encender un robot, éste emite un zumbido propio o silbido o rumor de motor o el sonido de computadora.

- El pequeño oriundo de Toronto, Dakota Goyo, quedó seleccionado entre miles de niños de 10 años que se presentaron a una audición para el papel de Max, el hijo del personaje de Hugh Jackman, como parte de un casting internacional.

- El rodaje de las escenas de boxeo entre robots se realizó tanto con la tecnología de captura de movimiento (motion capture) como con robots que se construyeron en tamaño natural. Los elementos de captura de movimiento se interpretaron y rodaron meses antes en un escenario en la ciudad de Los Ángeles.




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