Buscar

domingo, 5 de junio de 2011

MADRES e hijas

De la pantalla chica, como realizador de varios episodios de series de gran impacto como Dos metros bajo tierra y Los Soprano, proviene el director de Madres e hijas, Rodrigo García (Bogotá, 1959), cuya carrera, con tres largos previos en su filmografía, ha tenido que remontar, entre otras cosas, el sambenito de “hijo de Gabriel García Márquez”. La relación familiar padre famoso-hijo de famoso usualmente deviene en pesada carga, contrariando el parecer común que la considera un hándicap a favor. Pero no, ser vástago de celebridad en el mundillo del espectáculo no sólo motiva miradas de reojo al por mayor, para los gacetilleros es de igual manera el acicate para una exigencia cuadruplicada, no vaya a ser que se los acuse de estar favoreciendo por interpósita persona a una notoriedad.

Volvamos empero a lo que importa: la película de Rodrigo García, dejando el apellido para el anecdotario, y concentrándonos en una (contenida) apuesta a la lágrima, cercanamente emparentada con los culebrones de cierto filo social hacia los cuales ha declinado el género en tiempos recientes, sobre todo en la producción de algunos países. Lo cual no supone haber dejado atrás los mecanismos significantes que le garantizan de antemano la identificación emocional de espectadores familiarizados con una progresión dramática basada en las reglas clásicas de protagonista(s) resuelto(a)(s) a sobreponerse a toda adversidad para alcanzar la dicha, versus antagonista(s) decidido(a)(s) a impedirlo a cualquier trance.

Mujeres. Sin haber tenido ocasión de apreciar los tres largos precedentes de García, las pistas ofrecidas por varias referencias llevan a una obra focalizada en el universo de las mujeres y todos sus afluentes. Se trataría de relatos donde los hombres tienen un rol periférico, abocados a escarbar en los sentimientos y el mundo afectivo de mujeres de distinta clase y condición. A esa persistencia temática correspondería adicionalmente una perseverancia estilística, afincada en la yuxtaposición de historias varias que confluyen, colisionan, se intersectan y acaban trazando una suerte de mapa emocional femenino.

Madre e hija vuelve a entrelazar, de una manera bastante previsible, otra pluralidad de conflictos focalizados esta vez sobre la relación maternal, en los tres casos malograda, interrumpida o irresuelta de mujeres agobiadas por esa suerte de cortocircuito en la natural aspiración a tener y criar una hija, habida cuenta de las peculiaridades de esa relación respecto a, por ejemplo, la de madre-hijo.

En sus primeros dos tercios la trama nos arrima en paralelo a tres subtramas: está la rabia, traducida en agresividad de Karen, cuya hija tenida a los 14 años fue dada en adopción. Ahora, madura ya, cuida a su anciana madre y a tiempo de extrañar a su niña, cuyo cumpleaños celebra en ausencia y a quien le escribe cartas que presumiblemente nunca lleguen a destino, descarga su impotencia sobre la hija de su empleada doméstica y sobre un compañero de trabajo modelo de paciencia y buen talante.

Está asimismo Elizabeth, emprendedora joven abogada con pareja desenvoltura para afrontar los casos judiciales que le tocan en suerte y las ocasionales aventuras sexuales que emprende con jefe, vecino y cuanto bípedo del otro género se le atraviese en el camino.

Por último conocemos a Lucy, mujer afroamericana impedida por algún motivo de procrear, lo que la lleva a buscar ansiosamente una oportunidad de adopción. Cuando ésta finalmente se encuentra a punto de ser concretada, su marido deserta de la pareja pues preferiría perseverar en la búsqueda de un hijo biológico.

Como núcleo articulador de las tres historias funciona la hermana Juana, monja, mujer ella también, aun cuando en su caso declinó de motu propio la alegría y el jaleo de ser madre, abstención que al parecer compensa administrando un centro encargado de promover adopciones y reencuentros. Por sus manos pasan, entonces, las fugaces posibilidades para desanudar algunos de los oscuros lazos entre las protagonistas. Menos mal, el guión atina a no forzar las cosas inventando improbables desenlaces que la vida no podría arbitrar. Son apenas atisbos de la proverbial fórmula de resolución feliz de la telenovela y, en muchos casos, del propio melodrama.

Actrices. Consciente da la impresión de los riesgos inherentes a este tipo de argumentos corales (según pudo advertirse por los notorios altibajos de Amores perros y de las sobrevaloradas Babel y 25 gramos, todas dirigidas por González Iñárritu), durante dos tercios del metraje García deposita sobre los hombros de sus actrices la responsabilidad de dar cuerpo a personajes proclives al exceso y la unidimensionalidad. Las estupendas faenas de la australiana Naomi Watts y de Annette Bening, correctamente acompañadas (ésa es su exacta atribución) por el personal masculino y por todas las otras féminas, permiten así armar un asordinado retablo de momentos íntimos, durante los cuales afloran los desasosiegos de la soledad, de la culpa y del deseo, sin derivar en ningún estallido fuera de lugar.

Esa prudencia decae en el último tercio filtrando algunas concesiones a la lágrima fácil, sin afectar empero de modo significativo una película atendible, cuyo propósito no es argumentar que toda mujer debe tener hijos, sólo mostrar a mujeres que quieren, o no, tenerlos. Y si bien pone repetidas veces en boca de sus protagonistas “lo importante no es la sangre sino el tiempo que pasamos juntos”, tampoco se decanta hacia el forzado y demagógico alegato de algunas “feministas” a favor de la adopción generalizada.

Ficha técnica
Título original: Mother and Child. Dirección: Rodrigo García. Guión: Rodrigo García. Fotografía: Xavier Pérez Grobet. Montaje: Steven Weisberg. Diseño: Christopher Tandon. Arte: Lisa Fischer. Música: Ed Shearmur. Producción: Lisa Maria Falcone, Alejandro González Iñárritu, Karen Graci, Tom Heller, Julie Lynn, Jonathan McCoy, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro. Intérpretes: Naomi Watts, Annette Bening, Kerry Washington, Jimmy Smiths, Samuel L. Jackson, S. Epatha Merkerson, Cherry Jones, Elpidia Carrillo, Shareeka Epps, David Morse, Eileen Ryan, Amy Brenneman, David Ramsey, Brittany Robertson, Lisa Gay Hamilton, Elizabeth Peña, Marc Blucas, Gloria Garayua, Tatyana Ali, Simone López, Lawrence Pressman. USA-España/2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario