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sábado, 15 de enero de 2011

aDUVIRI Un aymara brilla entre las estrellas del cine

Juan Carlos Aduviri es una naciente estrella de cine que, de momento, gana US$228 cada mes por dictar clases de guión. "Un salario bastante bueno", dice él, "tomando en cuenta el sueldo mínimo de Bolivia está por debajo (US$90)".

Aduviri acaba de regalarle una alegría a Bolivia porque fue nominado a los premios Goya como Mejor Actor Revelación por su papel en la película española También la lluvia, que se filmó en Cochabamba, en el centro de Bolivia.

Aduviri ya cruzó el Atlántico dos veces para promocionar la película en España y, si consigue dinero o alguien que financie su viaje, irá por tercera vez en febrero al acto de premiación de los Goya, el 13 de febrero.

Con sus ingresos, por ahora, sólo puede costear sus viajes en el minibús 690 del servicio público de El Alto, desde su casa hasta la escuela de cine donde dicta clases y viceversa. El costo por el servicio en estas pequeñas vagonetas de servicio público es de 0,14 centavos de dólar.

"El glamour no me gusta mucho", dice a BBC Mundo, en un día en el que tuvo su agenda llena de entrevistas con periodistas deseosos de conocer su historia.

Hijo de un minero y una pastora, Juan Carlos Aduviri es el sexto de siete hermanos. Se crió en la ciudad de El Alto, conocida por la rebeldía de sus habitantes, quienes se jactan de derrocar presidentes cada vez que estos "traicionan al pueblo".

Este joven aymara, que no quiere decir su edad porque los productores le recomendaron guardar el dato en reserva, respira cine. Los ojos le brillan cuando habla de su mayor sueño: ser director y guionista.

Por ahora y por accidente, Aduviri es actor y dice que lo seguirá siendo hasta que pueda financiar sus propias películas. Una amiga lo llevó al casting de También la Lluvia y, cuando fue seleccionado, la directora, la española Icíar Bollaín, se encargó de que se enamorara del proyecto.

También la Lluvia está nominada a 13 Goya y fue seleccionada para representar a España en los Oscar.

Los protagonistas de También la Lluvia son los actores Luis Tosar (España) y Gael García Bernal (México) que, en la historia, se instalan en Cochabamba para filmar una película sobre la llegada a América de Cristóbal Colón. El personaje de Aduviri lleva a su hija al casting de la película, pero él termina siendo seleccionado. "Igual que en la vida real", dice.

En medio de la filmación, estalla la denominada Guerra del Agua, una protesta sobre la privatización del servicio del agua sucedida en Cochabamba en el año 2.000, que desencadenó una ola de revueltas que se extendería hasta 2006, cuando Evo Morales llegó al poder.

En la cinta, Aduviri es un cochabambino que divide su corazón entre actuar en la película o luchar con su comunidad y por el agua. "Termina luchando, pero no te puedo contar más", dice.

Aduviri, además de estar nominado a los Goya, ya ganó el premio a mejor actor del Festival de Cine de Francia Les Arcs.

La cinta También la Lluvia tiene 13 nominaciones a los Goya y fue seleccionada para representar a España en los premios Oscar. No se estrenó aún en Bolivia, pero ya existe expectativa entre los cinéfilos.

Entre tanto, Aduviri pone sus energías y su corazón en la escuela de cine municipal de El Alto. Él, junto a un grupo de soñadores, dio la idea para fundarla. Allá estudió y ahora es su profesor, pero sobre todo, es fuente de inspiración para decenas de jóvenes indígenas que, un día, igual que Aduviri, quieren codearse con las grandes estrellas en alguna alfombra roja del mundo.

La escuela se fundó en 2006 y, según cuenta Aduviri, es una de las cuatro que hay en Bolivia y, entre ellas, la única que no cobra ni un centavo a sus estudiantes.

Entre sus alumnos, figura una cholita (mujer con vestimenta típica de Bolivia) y un aymara de la Isla del Sol, en el lago Titicaca, quien salió de su casa diciendo que estudiaría para profesor, pero terminó aprendiendo cine con Aduviri.

Por eso, Aduviri dice que sobra talento no sólo en El Alto, sino en Bolivia, donde lo que faltan son las oportunidades y, por supuesto, el financiamiento.

Aduviri, gracias a su actuación en la película española, pudo darse el lujo de comprar una computadora con un paquete de edición y, cómo no, un televisor para mirar, al menos, dos películas cada día.

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